Últimamente pareciera que nos hemos centrado tanto en la cantidad de calorías que comemos, que nos hemos olvidado de su real significado.
Una caloría es una unidad de medida que sirve para medir la cantidad de energía que contiene un alimento. Aquí la palabra clave es ALIMENTO. No todo lo que comemos, si bien decidimos llamarlo así, son alimentos. Un alimento es todo lo que nos nutre. Es decir, debe tener la capacidad de otorgarle a nuestro cuerpo las herramientas necesarias para regenerarse, beneficiar o mantener nuestra salud. Frutas, verduras, nueces, legumbres, cereales, etc. no sólo contienen macro nutrientes (como carbohidratos, proteínas, y grasas), sino también micronutrientes (como vitaminas y minerales). Tanto los macro como los micronutrientes, cumplen un rol fundamental en nosotros.
50 calorías de dos procedencias distintas, pueden generar un impacto totalmente diferente. 50 calorías de un alimento refinado, como el azúcar blanca (rica en azúcares, sin fibra, sin minerales, sin vitaminas, carente en nutrientes), no tendrá la misma incidencia en nosotros que 50 calorías de un alimento, como por ejemplo, de una nuez (rica en grasas saludables, fibra, vitaminas y minerales). 50 calorías pueden proceder de un alimento que nos nutra o de un alimento que nos perjudique. No es malo mirar la cantidad de calorías, lo malo es ver sólo ello y no ver un poco más allá. El problema comienza a evidenciarse aún más cuando sustituimos verdaderos alimentos ricos en energía, por aquellas opciones bajas en calorías, que no nos nutren. El concepto que el “alimento” con menor cantidad de calorías sea considerado el más saludable, nos puede llevar a tomar malas decisiones en cuanto a nuestra alimentación.
Es vital para nuestra salud saber que existen carbohidratos buenos y necesarios para que nuestro cuerpo pueda funcionar correctamente, así como también existen aquellos que no nos aportan nada. Lo mismo sucede con las grasas y proteínas.
Un cuerpo que suele consumir verdaderos alimentos es mucho menos propicio a desarrollar enfermedades, y tiende más a sentirse bien tanto físicamente como mentalmente. Aprendamos a identificar qué es lo que nuestro cuerpo realmente tiene HAMBRE DE.